sábado, 16 de febrero de 2008

João Pessoa (dedicado a Philio)

Ciudad costera al nordeste del Brasil, "donde primero sale el sol en toda Latinoamérica", según mi agente de viajes. Hermosas playas, etc., etc. Palmeras de verdad, con cocos de verdad. Los morenos, también de verdad, no importados por el gobierno de los EEUU para demostrar que no son racistas. Poco turismo internacional, para desgracia de los que no hablan el portugués y quieren hacer amigos y fogatas en la playa, etc. No se habla portuñol como en el sur. No intente hablarles en francés, hablan portugués. Todo tipo de actividades a realizar, aunque no sé cuáles.

Si se es falto de imaginación se puede ir todos los días a la playa a tomar cerveza y leer - igualito que en casa, pero con las olas y el viento y, si se está con ganas, algún que otro sucundúm sucundúm. A propósito de este último puedo decirles que no es nada difícil de conseguir dado que los brasileros del norte (como, según dicen. los del sur, en fin, los brasileros) son muy liberales en su expresión libidinal y siguen una rutina clara y lineal. Si se es joven y fémina usted será abordada casi religiosamente por setentones en vías de extinción y el siguiente discurso le será regalado con ánimo de fiesta : " usted muy bella, yo muy viejo ", como si de alguna misteriosa manera lo primero justificara lo segundo. Si usted no se encuentra con ganas de galopar burro cansado dirá estúpidamente y contradiciéndose : " eu nao falo portugues ", ansiosa por desembarazarse del viejo don juan pero feliz de poder practicar la única frase en portugués que conoce. A este craso error de táctica le seguirá el hecho inevitable del viejo sentado a su mesa, mirándola fijo y repitiendo la fórmula mágica "usted muy bella, yo muy viejo". Nada, a partir de ese momento, detendrá a estos intrépidos galanes. La gran mayoría vive frente a la playa y sin perder tiempo se lo harán saber. La invitarán, de la nada, a "ficar" con ellos. Cuidado amiga turista! Ficar tiene un doble significado : puede ser tanto quedarse, morar, como un preludio al acto amoroso. Todo este acoso incesante sin embargo tiene su lado positivo, escapando al vejestorio usted irá saltando de playa en playa y todas son iguales y en todas hay un viejo acechando detrás de una palmera.
El resto de la población es simpática y tiene cosas que hacer.
Se recomienda llevar protector solar y calzado cómodo.

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