lunes, 11 de febrero de 2008

A guardar, a guardar...

No tengo nada contra los muertos (aparte del hecho de que se van para siempre, te abandonan, te enfrentan bruscamente con tu propia mortalidad y otras sutilezas por el estilo), tan sólo me gustaría que antes de morirse repartiesen sus pertenencias y las que sobran las junten, guarden, clasifiquen y manden al destino que mejor les parezca para que uno no lo tenga que hacer por ellos. Hay que ver la cantidad de cosas que dejan atrás! Algunas de las cuales te dejan boquiabierto pensando qué cornos?!! Por ejemplo, una calabaza de vidrio que pesa una tonelada. Qué cornos?! Una cantidad de copas de cristal de todos los tamaños que si uno las hubiera descubierto antes las usaba por lo menos para el velatorio. Y así con chucherías varias, algunas de buena calidad que hace que uno quede dubitativo sosteniendo el vaso, la bandeja, la cacerola, la...con todo el peso de la calidad y los recuerdos ya olvidados, como esperando la foto kodak que diga "y con esto qué mierda...?"
Después la culpa momentánea por haberse desembarazado de las tasitas de café (dos docenas), las servilletas que uno jamás vio en su vida (pero bordadas), el mantel que no se sabe si no será un juego de sábanas porque viene con funda de almohada pero es duro duro como mantel de muerto.
Esta tarea es agotadora tanto física como emocionalmente e insisto con que son "ellos"y no nosotros quienes deberían, con tiempo y no por eso perdiendo el optimismo y el amor a la vida terrenal, poner manos a la obra y así como se paga todos los meses la cuota para la jubilación futura, ir decidiendo de antemano el destino póstumo de sus pertenencias. He dicho.

6 comentarios:

Conjuro dijo...

Es una idea como para aplicar, ahorraría los disgustos extras.
En "Ahora es el momento", la última novela de Tom Spanbauer, no pasa eso, pero la tarea se hace más liviana.
Cuando muere una vieja india, llegan los parientes y amigos, preparan una gran cantidad de comida y disfrutan del banquete. Luego cada uno elige lo que se quiere llevar y así desmantelan el hogar de la que ya no está.
Los que se sienten más cercanos, se rapan como muestra de amor/dolor.
El acto final consiste en quemar la casa.
Bueno... y enterrarla y llorar un poco.

PD: Claro que, en esta novela, antes de sepultarla, su nieto y el "amiguito" se pegan una buena curtida en el foso que aguarda el cuerpo de la difunta. Del polvo venimos...

Anónimo dijo...

qué lindo, conjuro! así me gustaría que sea, con polvo y todo.
Todo lo que describís haría muy bien. Ya no sabemos cómo enfrentar la muerte. Por ende, supongo, o eso dicen, ni la vida.

Lola dijo...

yo te dejo mis termo turquesa, la foto nuestra en el puente nuevo y una película donde vos seas la protagonista. ¿Vos me dejás tus diarios?

lA APROVECHADORA

Anónimo dijo...

creo que salgo ganando...gracias chiquita

DiegoS dijo...

Que prolífico está febrero !!!!.

El saber que acecha ha generado, entre otras cosas, todas las religiones del mundo. Lo mejor es saberla genial, nuestra muerte tiene que estar bárbara, sólo se muere una vez ..... a disfrutarla y a dejar sólo unas tazas y algunos utensillos para la reventa.

PD: A dónde van a parar los Blog de los muertos ?, será verdad lo del purgatorio, donde lo agarran correctores y lo escriben bien?

AleLo dijo...

Van a corregir mi blog???? No , no , no !!!! El dia que yo me muera le dejo mi blog a la Monona !! Se firma, se aprueba y se archiva.